“Iba el Magistral por las aceras estrechas y gastadas de las calles tortuosas y poco concurridas de la Encimada; iba con las mejillas encendidas, los ojos humildes, la cabeza un poco torcida, según su costumbre, recto el airoso cuerpo, majestuoso y rítmico el paso, flotante el ampuloso manteo, sin la sombra de una mancha”.
Fragmento de “La Regenta”
Paseando por Oviedo lo primero que llama la atención del visitante ocasional es la extraordinaria densidad de estatuas por metro cuadrado. Homenajes de bronce a personas y personajes, reales o ficticios, reales y ficticios. Pero a veces me da por pensar que tal vez sea esta una forma sutil de sortilegio contra esas presencias vivas, demasiado vivas, por parte de aquellos que aún hoy no quisieran verse retratados en el cuadro de esa Vetusta que continúa haciendo la lenta digestión del cocido per fecula feculorum.
Fragmento de “La Regenta”
Paseando por Oviedo lo primero que llama la atención del visitante ocasional es la extraordinaria densidad de estatuas por metro cuadrado. Homenajes de bronce a personas y personajes, reales o ficticios, reales y ficticios. Pero a veces me da por pensar que tal vez sea esta una forma sutil de sortilegio contra esas presencias vivas, demasiado vivas, por parte de aquellos que aún hoy no quisieran verse retratados en el cuadro de esa Vetusta que continúa haciendo la lenta digestión del cocido per fecula feculorum.
Oviedo siempre será Oviedo, da igual que pasen los años o que pasen los siglos, el Magistral y la Regenta vuelven a encontrarse. Lo que no se es como consigues ver estas cosas. Un beso
ResponderEliminarOviedo duerme una siesta interminable, recostada en el camastro de los siglos.
ResponderEliminarEse ojo, esa cámara, esa mirada. Ese púrpura. Genial.
Un saludo
Sin embargo, espero que ya no puedan seguir subiéndose a la torre para ver los dominios con tanta claridad...
ResponderEliminarLa foto, magnífica, con el color en el centro y el movimiento, que se demuestra andando, claro.
Como me encanta la evocacion que traes y la foto que presentas! Wow!!!! QUE BUENA!!!!
ResponderEliminarEn este caso la literatura hizo la foto, aunque el protagonista intentó evadirse.
ResponderEliminarjejej, mi ciudad tambien es muy noble y leal, me gusta la foto elegida, que guapa, un disparo furtivo
ResponderEliminarsaludos brujos
Que recuerdos de mi viaje a Asturias!!. Que gran ciudad, tan distinta por su gente, el color, el olor, LA SIDRA!!
ResponderEliminarEs cierto que Oviedo es una ciudad dormida; es Gijón la ciudad viva en Asturias.Y duerme porque se deja mecer por el sopor que produce el sonido de esos faldones que,cual fantasmas, deambulan a sus anchas por esas calles grises. El mismo sopor que a mí me produce Don Leopoldo Alas, que es Vetusta en persona.
ResponderEliminarPor cierto, me encanta Oviedo (arquitectónicamente), soy filóloga y asturiana: ¿chocante...?
¡genial! has conseguido uno de esos momentos que dan envidia, sana por supuesto...
ResponderEliminarhola xuanrata. bueno bueno las raices mas profundas de mi familia paterna son asturianas y aquí ando yo aún a mis 40 y muy pocos sin conocer aquellas tierras...¡imperdonable! así que toy pensando en poner justo remedio a eso y para el verano subiré junto a mi cámara o mejor todavía si por entonces he conseguido hacerme con una nueva, a no dejar ni un rincón sin traerme para madrid.
ResponderEliminarAunque no puedo decir que no he estado en Oviedo, lo trístemente cierto es que no la he visitado, y es que por razones de trabajo comimos un día a unos metros de la catedral y no tuvimos ni cinco minutos para dar una vuelta a pie, que es lo suyo. Pero lo tengo pendiente para cuando mis niñas me pidan 20€ para el fin de semana ;-)
ResponderEliminarSaludos.