En “El placer de descubrir” señala Richard Feynman una de esas obviedades que suelen pasarnos desapercibidas, a saber: que la mayor parte de la energía que mueve nuestro mundo es energía solar, y esto es válido tanto para la gasolina que alimenta nuestro constante trasiego como para la mano que da cuerda a un perro de juguete. Las plantas captan la luz del sol y unas veces la acumulan para nosotros bajo estratos milenarios, otras la fructifican sobre la delicada corteza que nos soporta.
Estoy seguro de que si un hombre vital y energético como Feynman hubiera tenido que aportar algún que otro ejemplo más, habría mencionado también el vino, que es el trofeo solar por excelencia, y la compañía del amigo, esa energía permanentemente renovable.
Estoy seguro de que si un hombre vital y energético como Feynman hubiera tenido que aportar algún que otro ejemplo más, habría mencionado también el vino, que es el trofeo solar por excelencia, y la compañía del amigo, esa energía permanentemente renovable.
Una iluminacion sublime y un tema que me encanta , el vino, en serio
ResponderEliminarsaludos brujos
una copa de vino en amistad, ante una cristalera desde la que se ve el mar y entre la luz del sol de un otoño plácido: resumen de todo lo que puede hacer mejor la vida
ResponderEliminar¡Qué composición más interesnte! Es curioso cómo la luz se dispersa al viajar por distintos medios, y yo, coincidiendo con vosotros diré que hasta la luz que ha atravesado el otro líquido me gusta más ;-)
ResponderEliminarSaludos.
ya me imagino el momento previo a la foto: de repente, en plena sobremesa, algo te llama la atención, sin quitar la vista de la mesa buscas con la mano en el respaldo de la silla... un leve movimiento y zas! ves la luz... que suerte tenemos al compartir tus fotos.... saludos
ResponderEliminar¡Que cosa hay más placentera que un buen vino y una buena conversación!. Espero que lo disfrutaras!. Veo que fue solo una copa, porque te salio bastante bien enfocada!!! ;-)
ResponderEliminarQue verdad mas grande...que cultura mas bella hay detras del vino, su tanino..cuando es tinto, es bueno en su justa medida, para nuestro corazon; La foto es preciosa. Felicidades Xuan. besitos y un abrazo desde Torredembarra
ResponderEliminarBuenísima luz, y los detalles q has captado.
ResponderEliminarSensacional y espero q el vino haya resultado también estupendo.
SALUDOS
A parte de todo lo que sugiere la foto, también parece ser un chin-chin entre las copas por el buen servicio prestado, quizá, lo digo sin pensar en los íntimos sentimientos de una copa.
ResponderEliminarBESO DE CRISTAL
ResponderEliminarDespués de calentarse con los rayos del sol, chocaron las copas.
Cereal, vid y olivo, la trilogía base de la cultura mediterránea, producto de la fuerza del sol. Este fin de semana tambíen me dediqué a sacar fotos en un restaurante al vaso de vino. Pero puse poco interés: me pareció que el aceite no era de oliva, que el vino podía ser mejor y en cuanto al pan, tuve cierta enganchada porque sin haberlo pedido me cobraban tres raciones cuando una había quedado intacta en bandeja. Y es que si fallan los fundamentos, nada sale bien.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias a todos. Sois la sal y la pimienta de este blog.
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