viernes, 25 de abril de 2008

La mente en blanco

Según uno de esos estudios en los que Universidades de prestigio (Londres y Viena, en este caso) nos descubren con gran profusión técnica aquello que ya todos sabíamos desde hace tiempo, resulta que para pensar bien hay que dejar de pensar. Sí, las ideas más brillantes, las grandes soluciones innovadoras aparecen justo cuando renunciamos a atacar el problema en cuestión y permitimos que nuestra mente vaya a la suya. Los electroencefalogramas realizados revelaron que durante la relajación se liberan ondas alfa (?) que aumentan la capacidad de analizar un problema desde diversas perspectivas. Esto es algo que ya nos habían enseñado la psicología, los surrealistas y la propia experiencia. Esa palabra, ese nombre que se nos resiste en la punta de la lengua solo espera para salir a que dejemos de mirar detrás de la puerta. La relajación pues, vence a la concentración, y ya disponemos al fin de una base científica para el popular mito de la inspiración.
Lo que no dice el mencionado estudio es que sin concentración previa no puede haber relajación, puesto que no habría de qué relajarse. Recuerdo que después de arroparme mi madre me decía todas las noches: "aguanta mucho a dormir", que traducido viene a querer decir "esfuérzate en dormirte pronto y profundamente". Yo, naturalmente, obedecía, y cuanto más ciegamente obedecía, más despierto me encontraba, pero como el esfuerzo era tan grande no tardaba en agotarme y en ese mismo instante me quedaba como una piedra.
No recuerdo haber sentido nunca el cálido aliento de las musas (si exceptuamos alguna de carne y hueso). Tal vez por eso no creo en la inspiración como algo etéreo sino más bien como un fluido que al igual que el agua, si no se encauza se desparrama y desaparece en el subsuelo. Entender la inspiración como una cuestión de conexiones y desconexiones neuronales tal vez nos desvele de dónde viene, pero no hacia dónde queremos que nos lleve, y me temo que esto es algo que no puede ser fruto de la inspiración. Metas, fines, intereses y valores, cuestiones previas que requieren del apredizaje y del esfuerzo de la voluntad, asuntos todos que quedan fuera de la mente en blanco de nuestra inspirada era de la desconcentración y el alegre desparrame.

10 comentarios:

  1. Dejar la mente en blanco significa, como bien dices, dar una mano de cal en una pared sobre lo que había antes y sentarse después para mirarla.

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  2. Creo que llevas toda la razón. Cumplir una meta, un objetivo, siempre ha sido mas fácil cuando lo hacemos de una manera relajada y disfrutando del echo de cumplirlo, nunca cuando lo hacemos con esfuerzo, sufrimiento y temor por no poder cumplirlo.
    Un saludo.

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  3. Bueno, bueno. De la inspiración se ha escrito mucho. En muchas ocasiones en forma de borrón. Tu escrito invita a la reflexionar. Yo creo que las teorías biologicistas dicen muy poco, porque al final de lo que se trata es de crear. Y la creación está más cerca del desparrame que del vacio: de donde nada hay, nada se puede sacar. De todas formas, sea como fuere, si tomo como base mi propia experiencia,diré que cualquier cosa que hago me cuesta, por decirlo de forma ligera, ingentes cantidades de esfuerzo. En consonancia pienso que si no hay tensión, ruptura, cambio de nivel, arco iris de todos los colores... y considerables horas de dedicación muy poco se puede conseguir.

    Un abrazo para todos.

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  4. Pienso tambien que la inspiración es como el agua, algunos tienen manantiales que sólo tienen que cuidar y adecentar al gusto, y encauzar si quieren que el agua llegue a un sitio concreto. Otros esperan que llegue la lluvia en el momento justo. No sé en que grupo de éstos estaré. Aunque me encanta el sonido de una fuente fresca, la lluvia tiene algo mágico para mí.

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  5. He intentado dejar la mente en blanco, pero por mucho que lo intento, no consigo dejar de pensar que alguien está perdiendo dinero con la valla publicitaria en blanco ;-)

    Me llama mucho la atención esa farola relof, me gusta.

    Saludos.

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  6. Pizarra limpia dispuesta para ser escrita en este caso se ocupa con imágenes, otro lenguaje.

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  7. Muy buena la reflexión, pero ciertamente es muy complicado e incluso me atrevería a decir q imposible el dejar de pensar, es como si dices q dejemos de soñar por la noche. Según estudios, siempre soñamos, otra cosa es q no te acuerdes de tus sueños, pero el q deja de soñar es pq está muerto. Creo q lo mismo sucede con los pensamientos puesto q nuestra actividad mental siempre está en marcha..., otra cosa es q pretendas dirigir tus pensamientos a otro lugar q no tiene nada q ver con el problema q tienes entre manos y al cabo de un rato o días de pensar en otra cosa, vuelves al problema y ...... BINGO, aparece la solución.
    En fin, siento el rollo q he soltado!!
    Buen día a todos y espero q tu época de reflexión no sea demasiado largo y nos continues deleitando con tus fotografías.

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  8. Como me gusta! Me recuerda a Magrit. Pelin surrealista! Los blancos estupendos! y el cielo... singular!

    Un abrazo

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  9. Para pensar bien hay que dejar de pensar........
    ............
    ............
    uhmm de regreso diré que casi me duermo si dejo de pensar, jejeje, no ahora en serio me gusta la foto y te confieso un secreto ando sin tiempo y no te he podido leer del todo, pero juro que cuando llgue a casa lo haré
    saludos brujos¡¡¡

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  10. Dejar la mente en blanco, es un sano ejercicio, mediante en perfecto control mental y una respiracion acorde. Todo es cuestion de ejercitarlo asiduamente; La mente es muy poderosa, mas de lo que pensamos y la aprovechamos. Tus escritos al igual que tus fotos,siempre buenos, evitan dejar la mente en blanco. besitos y feliz retiro

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